Siempre quería complacer a los demás sin importar sus opiniones, ocultaba su verdadero yo con temor a que la juzguen. Era igual a los demás para ser aceptaba... No le decía que lo quería por miedo a ser rechazada, Jamas se rebelaba, se ocultaba tras maquillaje por miedo a sentirse fea, a sentirse una persona real.
Pero un día despertó y decidió ser quien era en realidad, con la cara al natural, con sus verdaderas opiniones, demostrando lo que era sin miedo a las opiniones, se había cansado de estar tras las sombras y decidió jugarse por amor.
Y por primera vez fue feliz.
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